domingo, 2 de noviembre de 2014

REVOLUCIÓN CUBANA


ÁREA: HISTORIA
PF: BATALLA, CELINA.
REVOLUCIÓN CUBANA:

 Actividad 1

1) Lean el siguiente fragmento de un artículo periodístico, “Batista ha perdido Cuba”, http://www.elhistoriador.com.ar/articulos/america_latina/revolucion_cubana/revolucion_cubana.php

Publicado por una revista española en enero de 1959.
2) ¿Cómo caracteriza el autor del artículo a Fidel Castro y a Batista? Registren la respuesta por escrito y guarden esta información como insumo para una próxima actividad.
3) Identifiquen en el artículo los distintos acontecimientos históricos y luego ubíquenlos en un eje cronológico utilizando la herramienta Cronos disponible en sus equipos portátiles.

El gobierno revolucionario encabezado por Fidel Castro pronto tomó medidas económicas y sociales como la reforma agraria –que limitó las grandes propiedades rurales de terratenientes locales y extranjeros-; la suspensión de los desalojos; la nacionalización de los servicios públicos; una intensa campaña de alfabetización, y una política de diversificación de la producción y de promoción de la industria. Estas decisiones afectaron los intereses estadounidenses en la isla.

Actividad 2

emitido por Canal 7, el 1 de enero de 2009, a 50 años del comienzo de la Revolución.
En este testimonio documental se narra la situación de Cuba en el momento previo al bloqueo económico de febrero de 1962 y a su expulsión de la OEA.
Tomen notas de los principales datos y argumentos presentados. En particular, registren qué fue la llamada “Alianza para el Progreso” y por qué razones Cuba fue expulsada de la OEA y se ordenó el bloqueo económico contra ese país.
2) Lean el siguiente documento histórico conocido como la Segunda Declaración de La Habana, http://www.educ.ar/dinamico/UnidadHtml__get__46cc99d0-c855-11e0-81cd-e7f760fda940/anexo2.htm, un discurso pronunciado por Fidel Castro el 4 de Febrero de 1962.
3) Identifiquen las ideas principales de la Segunda Declaración de La Habana y establezcan relaciones con el discurso que se muestra en el video.
4) Completen el eje cronológico que elaboraron en la actividad 1, agregando información tomada del video documental.

Actividad 3

1) Leer el siguiente texto:
Documento 3 [Luego de la Crisis de los Misiles en octubre de 1962] Cuba debería hacer un verdadero equilibrio ante su ‘nueva protectora’, para ubicarse con claridad dentro del campo socialista –que los soviéticos dirigían- y al mismo tiempo, mantener una posición política con grados de autonomía suficientes para defender su independencia y el apoyo a otras experiencias revolucionarias.
Colegio Nacional de Buenos Aires. Historia de América Latina. Página/12, pág. 635.
2) buscar información sobre los siguientes dos temas:
¿Qué proceso fue conocido como “Guerra Fría”?
¿Qué ocurrió durante la llamada “Crisis de los Misiles”?
a) Redactar breves informes sobre cada tema.
3) Luego, analizar la siguiente cuestión: ¿Qué relaciones pueden establecer entre el triunfo de la Revolución Cubana, la “crisis de los misiles” y la “Guerra Fría”?
Para concluir, redactar un texto explicativo sobre el tema.


lunes, 18 de agosto de 2014

La crisis del petróleo de 1973 y sus consecuencias

La crisis del petróleo de 1973 y sus consecuencias La existencia de una fuente de energía abundante y barata como el petróleo había alimentado el fuerte desarrollo industrial de los años 50 y 60. Un buen ejemplo fue la industria del automóvil, la más característica del período. La crisis petrolífera de 1973 derivada de la Guerra del Yom Kippur (Siria y Egipto contra Israel), representó un problema esencial pues afectó directamente a los costes de producción y a las posibilidades de seguir manteniendo una fórmula de beneficio basada en el abaratamiento de los costes de producción y la venta en masa. Esta situación obligó a una reducción de los costes vía mano de obra y empleo, lo que se tradujo en el deterioro de la situación económica de muchos trabajadores. El alza brutal de precio alcanzó el 1.725% en siete años. Por otra parte, las devaluaciones del dólar de la Administración Nixon había hecho perder el valor real del petróleo , pues su cotización se fijaba en dólares, perjudicando a las industrias europeas y japonesas frente a las norteamericanas, pero también llenaron de inquietud a los países productores que vieron como su principal fuente de recursos perdía su valor real por una medida que escapaba a su control. Para estos Estados lo que estaba en el fondo del problema era la injusticia de la economía internacional ya que ellos exportaban materias primas de bajo precio mientras tenían que importar manufacturas de alto valor añadido, con lo que la tasa real de intercambio era siempre negativa. De ahí la decisión por parte de los países del la OPEP de subir el precio del petróleo como reivindicación, expresando su situación de dependencia estructural respecto a los países avanzados. Estos argumentos no pueden hacer olvidar que los aumentos de precio fueron esencialmente un instrumento más de guerra por los países árabes contra Israel. Se inició un embargo en el suministro hacia aquéllos países que habían mantenido una actitud de enemistad contra la causa árabe. Gran Bretaña y Francia se vieron menos afectados pues no permitieron a EEUU usar sus instalaciones aéreas para el apoyo de su aviación. Las consecuencias fueron especialmente negativas para los países del Tercer Mundo, repercutiendo en una disminución notable de las importaciones de los países avanzados, lo que dio lugar a una apreciable bajada de los productos básicos de exportación de los países menos desarrollados, creando una situación de colapso financiero en muchos de ellos. El impacto de la crisis en Europa Occidental fue mayor que en EEUU, en todo caso, en ambas partes se crearon reservas estratégicas a fin de asegurar el abastecimiento. El aumento del precio del petróleo impactó de forma profunda y duradera en la economía mundial, tanto en los países desarrollados como en los menos avanzados. Tan sólo la URSS se libró de sus repercusiones directas ya que era prácticamente autosuficiente. La crisis transformó las concepciones económicas y sociales estimulando un progresivo deslizamiento hacia posiciones económicas más liberales y políticamente más conservadoras, lo que despectivamente pasó a llamarse neoliberalismo. El keynesianismo se había configurado como la teoría económica triunfadora tras la Segunda Guerra Mundial, al aportar un conjunto de propuestas novedosas respecto a las recetas clásicas liberales. La teoría de este célebre economista inglés es inseparable de la Crisis del 29, de ahí que su mayor preocupación fue explicar el ciclo productivo y encontrar las condiciones para llegar al pleno empleo. Según Keynes, la renta se puede dedicar a inversión, consumo o ahorro. Inversión y consumo son actividades productivas mientras que el ahorro no lo es, ya que deja recursos sin utilizar, lo que se transfiere en paro. El Estado debe garantizar el crecimiento económico estimulando las inversiones y el consumo mediante políticas adecuadas. Con la crisis de 1973 el modelo keynesiano llevó a su cuestionamiento y a su posterior fin. Este periodo recesivo demostró que el empleo y la inflación podían ocurrir simultáneamente y que no eran mutuamente excluyentes como lo presentaba el modelo keynesiano. Otro economista muy influyente, Milton Friedman, proponía un modelo económico basado en principios prácticamente opuestos a los de Keynes, el modelo que forma la base de lo que ahora se llama el neoliberalismo. Friedman propuso que el Estado no interviniera casi nada en la economía nacional-es decir, que el control de la economía estuviera en manos del capital privado y ya no en manos del Estado. Criticaba los gobiernos nacionales por sus burocracias enormes e ineficientes que impedían el funcionamiento óptimo del mercado. Como asesor a los Presidentes de los EEUU, Richard Nixon y Ronald Reagan, llegó a tener una influencia decisiva sobre la estructuración de la economía global. Este último, acompañado por su contrapartida Margaret Thatcher, Primera Ministra del Reino Unido, empezó a aplicar las teorías económicas de Friedman a la práctica. Con el objetivo de permitir a las corporaciones e inversionistas operar libremente para maximizar sus ganancias en cualquier parte del mundo, estos dos mandatorios promovieron políticas de comercio libre, desregulación, privatización de empresas públicas, baja inflación, el movimiento libre de capital, y presupuestos equilibrados (se gasta lo que se recauda en impuestos). El neoliberalismo llegó con fuerza a los países del sur con la crisis financiera de 1982 en México, en que ese país declaró a sus acreedores internacionales (incluyendo el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional) que ya no podía pagar sus deudas. Aprovechándose de la posición vulnerable de muchos países del Sur, el FMI y el Banco Mundial empezaron durante los 80 a obligar a los países pobres a hacer grandes cambios en las estructuras de sus economías. Estos cambios se llaman políticas de ajuste estructural y han traído consecuencias profundamente perjudiciales para millones de personas en los países afectados. href="www.youtube.com/watch?v=myiq8LsxBCY">
FUENTE: http://edygarcia.blogspot.com.ar/2013/04/la-crisis-del-petroleo-de-1973-y-sus.html

jueves, 31 de julio de 2014

PROCESO DE DESCOLONIZACIÓN

F. J. Muñoz (2011). “La descolonización de Asia y África. El movimiento de los países no alineados” (Sección Temario de oposiciones de Geografía e Historia), Clío 37. http://clio.rediris.es. ISSN: 1139-6237. 

 CONCEPTO Y CAUSAS DEL PROCESO DESCOLONIZADOR. PRINCIPALES ETAPAS.  CONCEPTUALIZACIÓN. 
El término “descolonización” fue utilizado por primera vez por Henri Labouret en 1952 en su obra Colonización, colonialismo, descolonización, siendo éste un concepto que admitiría varias interpretaciones. En general, podría afirmarse que como tal se entiende el acceso a la independencia por parte de los pueblos que están bajo régimen colonial, el proceso mediante el cual estos consiguen la independencia respecto a sus dominadores coloniales; es decir, el proceso mediante el cual se pone fin jurídica y políticamente al colonialismo y, por otra, se forman Estados independientes y soberanos. 
 PRINCIPALES CAUSAS DE LA DESCOLONIZACIÓN. Los factores o causas que explican la descolonización, interviniendo decisivamente en la misma, son complejos y variados, y actuaron además interrelacionados entre sí. & AFIRMACIÓN ANTIOCCIDENTAL EN LAS COLONIAS. Desde el final de la Gran Guerra, con el comienzo de un cierto declive occidental, poco a poco en los territorios coloniales iría surgiendo una afirmación antioccidental, una clara oposición hacia el Occidente imperialista y opresor, que en muchas ocasiones contribuyó a dotar de cuerpo teórico a muchos nacionalismos. A grandes rasgos, y con diferentes nomenclaturas según los autores, podrían distinguirse hasta 3 grandes movimientos de afirmación antioccidental: • “Asiatismo”. Muy influido en su configuración tanto por el ejemplo del Japón como por la revolución del gigante chino, no se traduciría tanto como una comunión de intereses asiáticos sino más bien como una voluntad de oposición a Occidente, un reflejo de defensa. • “Islamismo”. Identificado con el Imperio Turco, se definiría como la reacción contra Occidente de la comunidad religiosa islámica, a pesar de su fragmentación política y dispersión, basada en la creencia de que la renovación del Islam le permitiría recuperar, frente a las fuerzas exteriores y hostiles, la fraternidad y la solidaridad de los musulmanes. • “Africanismo” o “Negritud”. Movimiento nacido en América, entre los descendientes de la esclavitud negra, cuya clave explicativa la encontraríamos en la identificación que establecía entre población de raza negra y continente africano. Sería ya a partir de 1945, tras el “V Congreso Panafricano” celebrado en Manchester, cuando los líderes e intelectuales africanos se integrarían en este movimiento, aunque ya con un talante mucho más reivindicativo: carácter anticolonialista y antioccidental. • “Panasiatismo”, “Panislamismo”, “Panarabismo” y “Panafricanismo”. Junto a las anteriores conjuraciones, y complementándose con las mismas, también fueron elementos clave los movimientos de solidaridad y colaboración entre los pueblos afroasiáticos, que fomentaban las relaciones y la unidad entre ellos. & EL NACIONALISMO COLONIAL Y SUS LÍDERES. La aparición y desarrollo de los movimientos nacionalistas en las colonias afroasiáticas, en los que se consolidó una mentalidad emancipadora, ayuda a entender mucho mejor el camino seguido por el proceso descolonizador en el siglo XX. Básicamente, en la formación de éste intervendrían los siguientes elementos: • La contradicción de los países colonizadores, que reivindicaron para sí la plena soberanía política y económica, negándosela a su vez a sus colonias. • La difusión de las ideología democrática europea y el cambio de mentalidad, llevado hasta allí tanto por los soldados coloniales como por los jóvenes nativos que habían estudiado en las universidad europeas, asimilando los conceptos de libertad, soberanía e independencia, que luego tratarían de implantar en sus lugares de origen. • El protagonismo alcanzado por las colonias durante la IIGM, y el rechazo a la explotación a la que estaban sometidas por sus metrópolis. • El odio racial a los blancos europeos, y la denuncia del capitalismo y el imperialismo. • La recuperación de la identidad nacional y la afirmación de los propios valores frente a los europeos. Sería en el continente asiático donde, aparte de más tempranamente, el nacionalismo se manifestara de un modo más general; en África, un territorio mucho menos desarrollado que el asiático desde todos los puntos de vista, ese sentimiento nacionalista sería más débil y tardío. Por último, destacar que para representar una fuerza política, los movimientos nacionales debían convertirse en movimientos de masas, algo para lo cual fue indispensable el crucial y decisivo papel que jugaron los distintos líderes nacionalistas, quienes se encargaron de encarnar la idea nacional al proponer programas políticos que serían acatados por todos dada su autoridad moral. Algunos de esos líderes, así como distintas fuerzas nacionalistas, serían: Sun Yat-Sen y el Kuomintang en China; el Partido del Congreso, la Liga Musulmana, Gandhi, Nehru y Alí Jinnah en la India Británica; el Viet-Minh y Ho Chi-Minh en la Indochina Francesa; Abd el-Krim y su República del Rif; Atatürk en Turquía; Sukarno en Indonesia; los Jóvenes Egipcios y Nasser en Egipto; Nkrumah en Ghana; el Bloque Democrático Senegalés y Senghor en Senegal; Lumumba en el antiguo Zaire; Nyerere en Tanzania, Jomo Kenyatta en Kenia… 
FAVORABLE CONTEXTO INTERNACIONAL. Las dos grandes guerras mundiales que tuvieron lugar en la 1ª mitad del siglo XX repercutieron notablemente en las relaciones hasta entonces existentes entre las metrópolis y las colonias, creando una nueva situación en sus mutuos vínculos de intercambio y de dependencia. Sus consecuencias (Ej. Consiguiente debilidad europea) trastocaron y pusieron patas arriba el tablero de las relaciones entre potencias imperiales y sus entonces aún dependencias coloniales. • El despertar de la I Guerra Mundial y el inicio del resquebrajamiento del sistema colonial. Tras la I Guerra Mundial, y a pesar de que Occidente seguía manteniendo su confianza en la perennidad de la colonización, como lo demuestra el hecho de las renovadas ambiciones coloniales de los beligerantes y las múltiples promesas reformistas realizadas a sus colonias durante el conflicto bélico, el posterior incumplimiento de éstas, junto a otros factores y problemas ya larvados (ej. enormes reclutamientos y pérdidas, tanto humanas como materiales), la situación derivó hacia el inicio del resquebrajamiento del sistema colonial. Imprescindibles para entender el futuro proceso descolonizador fueron las tesis formuladas un año antes de la conclusión de la I Guerra Mundial, en enero de 1918, por el entonces presidente norteamericano Thomas Woodrow Wilson: los famosos “14 puntos de Wilson”, pusieron sobre la mesa los principios de igualdad y soberanía de los territorios dependientes y el anhelo de que cada pueblo fuera libre de disponer de su destino y gobernarse por sí mismo. Por otro lado, para la Unión Soviética, la descolonización era un medio de facilitar la penetración de la ideología marxista y de ampliar su órbita de influencia. • La II Guerra Mundial y la inutilidad del obsoleto sistema colonial. Tras una II Guerra Mundial que multiplicaría los efectos de la primera, y el colapso de los imperios europeos y japonés, Europa despertaría de su “bonito sueño” tras la pérdida de su hegemonía en el mundo. Así, ante la imposibilidad real de seguir conservando las colonias más importantes de Asia, unido ello a la cada vez mayor fuerza de las ideas anticolonialistas pregonadas por las dos superpotencias vencedoras, además de la clara postura anticolonial que desde su constitución mantuvo la nueva ONU, las potencias imperialistas acabaron por convencerse de la inutilidad del obsoleto sistema colonial. 
 EL APOYO DE LOS ORGANISMOS INTERNACIONALES. Otro importante elemento a considerar, como agente dinamizador y favorecedor del proceso descolonizador en el siglo XX, fue la actuación de los dos grandes organismos internacionales, la ONU y su antecesora Sociedad de Naciones, cuyas políticas mostraron desde el primer momento un decisivo apoyo a la causa descolonizadora. • “Sociedad de Naciones”. Creada en 1919 a la finalización de la I Guerra Mundial, materializándose con ella el último de los catorce puntos propuestos por Wilson, nacía con la esperanza de poder convertirse en un organismo supranacional que velara por la paz mundial y en el que se discutiera, sin el recurso a las armas, los conflictos entre las naciones. Eso, tan sólo el hecho de que se lograse constituir algo semejante, supuso un éxito sin precedentes; sin embargo, como el propio devenir de la historia no tardaría en demostrar, fracasaría estrepitosamente. Sí debiera ser destacada su postura respecto a los hasta entonces territorios coloniales de las potencias perdedoras en la I Guerra Mundial y, sobre todo, su invención y puesta en marcha de un sistema de mandatos que transformaría notablemente, administrativa y territorialmente, el mundo colonial; básicamente, éste consistía en la tutela internacional ejercida por un país colonizador en representación y por mandato de la Sociedad de Naciones sobre un país colonizado, y de cuya acción tutelar debía dar cuenta regularmente al organismo internacional. Cabe reflexionar, desde la distancia, el si aquella fue una postura anticolonial tendente a la ayuda y tutela de los territorios menos desarrollados hasta que estos estuvieran preparados para su independencia, o simplemente se trató de una inteligente y práctica salida ante la situación de hecho ya existente, beneficiosa fundamentalmente para las potencias imperialistas, debido a que la simple anexión habría ido en contra de todo lo que habían formulado poco antes. • “Organización de las Naciones Unidas”. Recogiendo el testigo de la difunta Sociedad de Naciones, a la conclusión de la II Guerra Mundial se creó la ONU, organización internacional de naciones basada en la igualdad soberana de sus miembros. En primer lugar, habría que señalar que, aunque no decididamente desde el primer instante, la ONU enseguida asumiría el papel de portavoz de la causa descolonizadora (“Resolución 1514”, de 1960), se convertiría en una tribuna privilegiada desde donde los territorios coloniales pudieron luchar por su libre autodeterminación, así que, perfeccionando al antiguo sistema de mandatos, introdujo un nuevo régimen de tutela colonial conocido como régimen de administración fiduciaria. Este sistema, basado en el derecho de los pueblos a acceder libremente al régimen jurídico que deseasen una vez alcanzadas unas condiciones mínimas, consistiría en una tutela internacional cuyo objetivo sería promover la evolución de los territorios, en todos los aspectos, y su desarrollo progresivo hacia el gobierno propio y la libre determinación. Además de esto, también se ocuparía del conjunto de territorios, nominados como “no autónomos”, que no fueron sometidos al régimen de administración fiduciaria debido a que aún no habían logrado su autogobierno y/o seguían siendo administrados por potencias pertenecientes a la ONU. 
 LA SOLIDARIDAD DE LOS NUEVOS PAÍSES INDEPENDIENTES. En un contexto internacional de Guerra Fría, con el mundo dividido en dos bloques enfrentados, el deseo de independencia acercó a africanos y asiáticos en la década de los 50. Los nuevos países independientes, en su mayoría asiáticos pero también algunos africanos, unieron esfuerzos y reafirmaron sus lazos con el fin de desarrollar, de forma conjunta y solidaria, una postura política internacional de neutralidad, claramente anticolonial y en favor de la independencia de todos los pueblos todavía subyugados. Tras una serie de conferencias previas, toda esa hermandad frente a la colonización se concretaría en la "Conferencia Afroasiática de Bandung", celebrada del 18 al 24 de abril de 1955, promovida por el presidente indonesio Sukarno y el primer ministro indio Nehru. Allí, sin contar con las tradicionales potencias mundiales de un Occidente que parecía no querer aceptar la nueva realidad, 29 países afroasiáticos recientemente independizados se reunieron para intentar fomentar la comprensión y las relaciones entre las naciones de Asia y África; examinar sus problemas económicos, sociales y culturales; examinar las cuestiones de la soberanía nacional, el racismo y el colonialismo que les afectaban especialmente; y considerar la posición de Asia y de África en el mundo y su contribución a la paz y la cooperación internacional. A pesar de que los resultados de la conferencia fuesen un tanto generales debido a que se tuvieran que conjugar los múltiples intereses de los distintos asistentes a la misma, esa toma de conciencia de los pueblos afroasiáticos constituyó un hito histórico. 
FASES Y CRONOLOGÍA DEL PROCESO DESCOLONIZADOR. Aunque la descolonización propiamente dicha diera comienzo ya antes del siglo XX (Ej. Proceso descolonizador americano), bajo la etiqueta de “época de la descolonización” se engloba solamente la transformación internacional que tuvo lugar en el mundo tras la IIGM, de manera incontenible, y que se prolongaría en el tiempo hasta la década de los setenta. Así, en el proceso descolonizador de los territorios coloniales a lo largo del siglo XX se pueden distinguir diferentes fases: 1. 1919 – 1945 > Tras la independencia conseguida en los dos siglos anteriores por algunos de los territorios coloniales de los viejos imperios del Reino Unido, Portugal y España, el periodo de Entreguerras esta etapa se denomina “la fase de preparación y orígenes del proceso descolonizador”, aunque durante la misma también se dieran las independencias de los antiguos territorios musulmanes del Imperio Otomano administrados como mandatos bajo tutela francobritánica: Irak, Jordania, Siria y Líbano. 2. 1945 – 1955 > Tras la I Guerra Mundial y hasta la Conferencia de Bandung de 1955 fue cuando, fundamentalmente en el continente asiático, el proceso de la descolonización se mostraría en toda su magnitud (Ej. India, Pakistán, Ceilán, Birmania, Malasia e Indonesia). 3. 1955 – 1980 > Desde ese 1955, y hasta 1980, se darían las independencias de la mayor parte de los restantes territorios coloniales, en esta ocasión básicamente en el continente africano, tanto en el norte de África (Marruecos, Túnez, Argelia y Libia) como en el “África negra” (Ghana, Nigeria, Kenia, Camerún, Gabón, Chad, Sudán, etc.). 4. 1980 – ... > Aunque el proceso se diera ya por finalizado en ese 1980, todavía quedaron algunos pequeños flecos en forma de territorios residuales, cada uno de ellos con sus propias dificultades y particular problemática, que poco a poco han ido, e irán en el futuro, superando su situación y despojándose, de una u otra forma, de su dependencia. Lógicamente, el proceso descolonizador no se produjo de la misma manera en todos los territorios, al estar condicionado éste tanto por el sistema administrativo y organizativo impuesto por los europeos como por la situación geopolítica de la colonia, así como por la actitud de ambas partes. Por ello, se distinguen varias modalidades o vías de descolonización: • La vía pacífica fue la opción adoptada por el Reino Unido, quien actuó con gran realismo y, aunque a veces fueran inevitables las tensiones, en general “renunció a sus territorios” con el objetivo de salvaguardar los lazos comerciales y monetarios, integrándose entonces sus antiguas colonias como miembros de la “Commonwealth”. Para ello, dotó a sus colonias, progresivamente, de mayores cotas de autogobierno e instituciones semejantes a las europeas, hasta que, de común acuerdo, se proclamaba la independencia. • La vía revolucionaria supuso la violencia y el enfrentamiento armado entre colonias y metrópolis, encarnando a la perfección esta modalidad las actuaciones de Holanda y Portugal en sus antiguas posesiones de Indonesia, Angola o Mozambique. • También hubo un modelo mixto, seguido por Francia, dependiendo de la colonia y del momento: se opuso furibundamente a la independencia de Indochina y Argelia, lo que provocó dramáticas guerras en dichos territorios; por contra, aceptó la independencia pacífica de la mayoría de sus colonias africanas. 
 LA DESCOLONIZACIÓN DE ASIA Fue un largo proceso iniciado ya a finales del siglo XIX, cuando en las colonias comenzaron a emerger diferentes movimientos nacionalistas, a imagen y semejanza de los idearios occidentales y muchas veces como consecuencia del progreso material alcanzado, en un intento por recuperar las identidades nacionales históricas o, cuando éstas no hubieran existido con anterioridad, conseguir lograr una revolución social que transformara su existencia. De todos modos, hasta después de 1945 el proceso no enfilaría su tramo más sustancial e importante, caracterizado éste por la consecución de la independencia, aunque siempre en difíciles condiciones internas de la mayor parte de los pueblos asiáticos (ej. múltiples divisiones étnicas, religiosas y sociales; carácter insular de muchos pueblos...). 
LA INDEPENDENCIA DEL PRÓXIMO ORIENTE. Tras la derrota del Imperio Otomano en la I Guerra Mundial, los territorios árabes que lo componían pasaron a depender de la Sociedad de Naciones, quien encargo su administración y tutela, en forma de mandatos, al Reino Unido (Irak, Transjordania y Palestina) y Francia (Siria y Líbano). Precisamente, el proceso descolonizador en aquel contexto se vio profundamente alterado por la rivalidad existente entre dichos administradores, además de por la desmembración artificial del territorio, la enemistad entre árabes y judíos, y las guerras por el control del petróleo y el Canal de Suez. Así, Irak se independizó en 1930, Siria y Líbano en 1946, cuando también la Transjordania se convirtió en el reino de Jordania; el Estado de Israel fue proclamado el 14 de mayo de 1948 (aunque su creación estuviera ya prevista allá por 1917, “fue necesario” el genocidio judío a manos de los nazis); y luego ya el resto de países árabes: Omán (1951), Kuwait (1961), Yemen (1967), Qatar, Bahréin y los Emiratos Árabes Unidos (1971). 

 LA INDEPENDENCIA DEL ASIA MERIDIONAL. Atendiendo a las diferentes potencias colonialistas en este ámbito, señalar que: • El subcontinente indio, la perla del Imperio Británico desde el siglo XVIII, hoy en día alberga a las naciones independientes de la India (1947), de mayoría hindú, y Pakistán (1947) y Bangladesh (1971), de mayoría musulmana; también posesiones británicas en aquel ámbito, asimismo independientes, son Myanmar (1948), Sri Lanka (1948) y Malaysia (1957), entre otras. Muchos autores han coincido en calificar a aquel proceso, a pesar de las sangrientas matanzas que le siguieron, como modelo ejemplar. • Las antiguas y heterogéneas Indias Holandesas del sureste asiático, es decir, la actual República de Indonesia (1949), se vieron obligadas a conquistar su independencia por las armas debido a la política conservadora y autoritaria de su metrópoli aunque, eso sí, viéndose ayudada en dicho trance por un muy favorable contexto internacional. • La península de Indochina, la posesión más valiosa del Imperio Francés y en la que se mantenía una postura autoritaria que no preveía ninguna independencia, estaba compuesta por los llamados “países annamitas” (Tonkín, Annam y Cochinchina), Camboya y Laos. Tras la II Guerra Mundial, aunque pasando por múltiples conflictos y vicisitudes, Laos (1949), Camboya (1953) y Vietnam (1954) lograron por fin alcanzar su independencia. 4. LA DESCOLONIZACIÓN DE ÁFRICA. El continente africano, casi en su totalidad todavía en manos de las potencias imperialistas al finalizar la II Guerra Mundial, salvo las excepciones de Liberia (1847), la Unión Sudafricana (1910), Egipto (solo en teoría, pero independiente desde 1922,) o Etiopía (nunca colonizada, salvo durante el intervalo 1936-1941), no alcanzaría su total independencia al menos hasta mediados de la década de los 70. 

 LA INDEPENDENCIA DEL NORTE DE ÁFRICA. Zona de larga tradición musulmana y anticolonial dominada por Francia y el Reino Unido, sería ella la que haría de “punta de lanza del proceso”: • Libia, colonia italiana repartida entre los aliados tras la derrota fascista, se independizó en 1951. • En el ámbito británico, Egipto no alcanzaría su verdadera independencia hasta 1953; mientras, al Sudán ésta no le sería concedida hasta 1956. • Respecto a la independencia del Magreb colonial de Francia, resaltar lo difícil del proceso allí dada la importante colonia europea allí asentada, a veces desde hacía generaciones. Aún así, Marruecos y Túnez lograron pacíficamente su independencia en 1956; la cruz de la moneda fue Argelia, nación que no lograría su emancipación, trágica, hasta 1962. 
 LA INDEPENDENCIA DEL “ÁFRICA NEGRA”. En el resto del continente, denominado “África Negra” y caracterizado por su gran diversidad étnica, lingüística y cultural, se distinguen claramente 2 vías hacia la independencia según fuera la política descolonizadora seguida por cada una de las potencias imperialistas. • El Reino Unido, tras la IIGM, decidió poner fin de forma pacífica a sus muchos años de explotación intensiva y fue concediendo la autonomía progresivamente a sus muchas posesiones coloniales en África, quienes también pasarían a formar parte de la “Commonwealth”: Ghana (1957), primer Estado negro independiente; Nigeria y Somalia (1960), Tanzania y Sierra Leona (1961), Uganda (1962), Kenia (1963), Malawi y Zambia (1964), Rhodesia (actual Zimbabwe) y Gambia (1965), Botswana y Lesotho (1966), Swazilandia y las Islas Mauricio (1968), y, finalmente, las Islas Seychelles (1976). • Francia, que siempre apostaría más por la asimilación que por las concesiones, se encontró con un gran rechazo y consiguientes independencias iniciadas por Guinea-Conakry (1958); poco después llegarían las de Senegal, Costa de Marfil, Chad, Níger, Camerún, Mali, Gabón, Mauritania, Burkina Faso, Benín, Togo, la Rep. Centroafricana y Madagascar, todas ellas en 1960; finalmente, las Islas Comores (1972) y Djibuti (1977). • En sus dominios coloniales, el paternalismo del monarca belga y su política descolonizadora a medio camino entre las 2 anteriores, condujo a la independencia del Congo Belga (posterior Zaire y actual Congo) en 1960, Burundi (1962) y Ruanda (1962). 

 LA “ESPECIAL SITUACIÓN” EN SUDÁFRICA. La Unión Sudafricana, Estado independiente desde 1910, merecería un lugar destacado en la historia del siglo XX, aunque ello fuera más por su actitud desde que alcanzó su soberanía que por su pasado colonial. Me limitaré a comentar la cuestión más importante, aparte de la cuestión del colonialismo local sudafricano en Namibia (finalmente independiente en 1990): el “Apartheid”. Definido por sus teóricos como “desarrollo separado de las comunidades diferenciadas”, llegaría a ser denunciado por la ONU por “crimen contra la humanidad” y calificado como “grave amenaza para la paz y la seguridad internacionales”. Aquel sistema, que desde 1950 “estructuró” la nación sudafricana, por decirlo de algún modo, no era más que una estricta política discriminatoria, en todos los sentidos, contra los no blancos. Los negros se veían obligados a vivir en zonas marginales, no tenían derecho a votar, no podían sindicarse, determinados puestos de trabajo y lugares les eran totalmente inaccesibles, no podían contraerse matrimonios mixtos...; la minoría blanca dominante manejaba los resortes políticos, así como los recursos económicos, por lo que resultaba fácil el mantenimiento de tamaña atrocidad. A finales de 1991 ya se había abolido la base legal del “Apartheid”, pero aún no se había conseguido un derecho a votar para todos que no se alcanzaría hasta las elecciones del 10 de mayo de 1994; en ellas vencería Nelson Mandela, líder del ACN que se había pasado 30 años encarcelado tras haber propuesto la desobediencia masiva a la población negra como medida de protesta, convirtiéndose así en el primer presidente negro de Sudáfrica. Desde la distancia que nos dan tan sólo unos años, parece mentira cómo eso fue legal a fines del pasado siglo.
 LA HERENCIA COLONIAL. EL MOVIMIENTO DE LOS PAISES NO ALINEADOS La descolonización tuvo “sus luces y sus sombras”, pero aquí lo que interesa no es sino el hecho de que las potencias imperiales, en conjunto, no lograron preparar a sus colonias para la libertad, de ahí muchos de los males que hoy día sufren. Además, debido a que no siempre la concesión de la independencia política significó la independencia real, tras chocar de bruces con la realidad, muchos de los nuevos estados vieron cómo seguían bajo una situación de dependencia económica que dificultaba la obtención de su independencia total. Es a ese punto hacia el que se dirigen todas las recriminaciones que los autores han realizado del imperfecto proceso descolonizador del siglo XX. En palabras de Hobsbawm, “desde 1945, el mundo colonial se ha transformado en un mosaico de Estados nominalmente soberanos”, pero sólo eso. 

 EL “TERCER MUNDO”. Dejando a un lado las consideraciones generales, los 2 grandes efectos que trajo bajo el brazo la descolonización y que, a buen seguro, seguirán marcando su ritmo, son: el Subdesarrollo y el Neocolonialismo, factores muchas veces interrelacionados, fundamentales para la explicación de lo que convenimos en denominar “Tercer Mundo”. Éste, que agruparía criterios económicos, sociales, históricos y políticos, y al que todos los autores coinciden en situar geográficamente en aquellas zonas menos desarrolladas de Iberoamérica, África, Asia y Oceanía, se distinguiría por estar sometido a un dominio político y una dependencia económica del mundo capitalista desarrollado. Es decir, subdesarrollo junto a neocolonialismo, o lo que es lo mismo, la dependencia tanto económica como social que desde su independencia han sufrido los países descolonizados. Su sistema económico y, por ello, su sistema político y social, han sido y siguen siendo dirigidos por las potencias mundiales: es la “dependencia tras la independencia”. Resulta necesario llegado este punto comentar al menos cómo, partiendo de la trasposición del término “Tercer Estado” utilizado durante la Revolución Francesa, fue un grupo de intelectuales franceses, encabezado por el sociólogo francés Alfred Sauvy, el primero en aplicar en 1956 el término “Tercer Mundo” a los países descolonizados. No obstante, el Tercer Estado en la Revolución Francesa era un grupo social en ascenso y homogéneo políticamente, por lo que, como vemos, cuando menos la equivalencia establecida parece inexacta. 
 TOMA DE CONCIENCIA. Desde su independencia, surgió entre los estados afroasiáticos la necesidad de constituir un grupo de presión coherente frente al bipolarismo impuesto por los EE.UU. y la URSS, que evitase los enfrentamientos y propiciara el reconocimiento de igualdad de derechos y libertades para todos los estados; así, la ya citada “Conferencia Afroasiática de Bandung” (1955) marcó la entrada en el escenario internacional de esas naciones recientemente emancipadas, marcando un hito importante de la descolonización y del nacimiento del “Tercer Mundo”. Recogiendo su herencia, en 1960 aparecería el “Movimiento de los Países No Alineados”, alternativa válida al imperante alineamiento mundial en uno de los dos bloques hegemónicos. De todos modos, habría sido ya el año 1948 el determinante para la agrupación de los Países No Alineados en defensa de sus intereses, acaparando en ese momento el protagonismo 3 líderes: en Yugoslavia, el mariscal Tito, rompió con la URSS y estableció un socialismo autogestionario; en India, el presidente Nehru, reclamaba un papel relevante para su país y quería convertir en espacio estratégico el Océano Índico; y en Indonesia, el presidente Sukarno, encarnaba el arquetipo del luchador anticolonial y antioccidental. Estos resumían el espíritu del Tercer Mundo como nueva fuerza opuesta a la división del mundo en bloques y como expresión del anhelo de libertad de los pueblos y su derecho a desarrollarse sin injerencias, por lo que por medio de la acción conjunta, oponiéndose al colonialismo, al racismo y al imperialismo, “lucharon” transformando su pasiva neutralidad en una activa no alineación. Así, con esa entrada en la vida internacional de los Estados afroasiáticos como tercer bloque, no solo se reforzaba el principio de solidaridad entre los colonizados, sino que surgiría también la idea de la “coexistencia pacífica” por primera vez en la historia. Su gran problema fue que nació con la intención de constituirse en alternativa para superar la crisis del enfrentamiento entre los bloques y garantizar la paz, basándose en su supuesto peso específico en las grandes conferencias y en la ONU, pero la realidad fue que la debilidad política de sus planteamientos, unida al subdesarrollo y su dependencia económica, reforzó la “confrontación Norte-Sur” lastrando al movimiento casi desde el principio, hasta llegarse a la pérdida total de sentido y significación del término “No Alineación”. 
 PROBLEMÁTICA ACTUAL. Ya en la década de los 80, con el retroceso del comunismo en todo el mundo, el movimiento de los Países No Alineados se había consumido, con lo que las condiciones del Tercer Mundo, hasta entonces de alguna manera más amparado por los planteamientos de corte soviético, empeoraron notablemente. Además de la preocupación por encontrar un modelo político estable y adaptado a las necesidades de cada pueblo, los países del “Tercer Mundo” se encontraron con el tremendo desafío de superar su endémico subdesarrollo económico. Y es que, a pesar de los esfuerzos, la evolución económica de estos países ha sido en gran medida negativa, incrementándose la distancia que los separa de los países ricos, todo ello como consecuencia de varios factores:
 • Alto crecimiento demográfico. La mejora de la sanidad, la erradicación de muchas enfermedades y la disminución de la mortalidad han incidido sobre una alta natalidad, lo que, al no aplicarse métodos de control de la natalidad, ha desembocado en un alto crecimiento demográfico que agrava los problemas al hacerse necesarios más alimentos y productos. 
• Carencia de medios técnicos e infraestructuras. Estos países parten además de la carencia de cualquier preparación técnica, debiendo importar y aprender a utilizar complejos equipos productivos, lo que aumenta su dependencia y endeudamiento con el mundo industrializado, que explota sus recursos “expropiándoles” su riqueza. 
• Armamento. En contradicción con lo anteriormente dicho, estos países subdesarrollados gastan cantidades enormes de dinero en sofisticado armamento que proporciona saneados beneficios a los países industriales, agravándose con ello su situación económica y política. 
  • Deuda exterior. Además, la ayuda económica prestada por diversos fondos internacionales o bancos privados suponen un incremento de sus recursos monetarios, pero al mismo tiempo una mayor dependencia puesto que deben devolver lo prestado con intereses. Actualmente, ante la imposibilidad de pagar, los países subdesarrollados piden la negociación política. 
• Diversa evolución, pudiéndose establecer distintos grupos de desarrollo en estos países: - Países productores de petróleo, que a pesar de las deficiencias han mejorado su nivel económico general (ej. Arabia Saudí, Irán, Kuwait...). - Países en vías de desarrollo, que gracias al colectivismo o al capitalismo han logrado un incipiente desarrollo industrial (ej.  Singapur, Sudáfrica...). - Y finalmente, los países subdesarrollados a todos los niveles, dependientes de la caridad internacional, que padecen hambrunas crónicas, (ej. Etiopía, Chad, Sudán, Haití, Bangladesh, Laos...). Lo más triste y doloroso es comprobar cómo el Tercer Mundo no sólo no ofrece visos de mejorar y evolucionar sino que, más bien, se aprecia todo lo contrario y va abriéndose cada vez más y más el abismo ya existente entre paises desarrollados y subdesarrollados.


REFERENCIAS Bibliografía historiográfica
 CHESNEAUX, J. (1976). Asia Oriental en los siglos XIX-XX, Barcelona: Labor. • GRIMAL, H. (1985). Historia de las descolonizaciones del siglo XX, Madrid: Iepala. • HOBSBAWM, E. (1994). Historia del siglo XX, Barcelona: Crítica. • KI-ZERBO, J. (1980). Historia del África negra: del siglo XIX a la época actual, Madrid: Alianza. • MARTÍNEZ CARRERAS, J. U (1987). Historia de la descolonización (1919-1986). Las independencias de Asia y África, Madrid: Istmo. • MIÈGE, J. L. (1975). Expansión europea y descolonización de 1870 a nuestros días, Barcelona: Labor. Bibliografía literaria • CAMUS, A. (2007). El extranjero, Barcelona: EMECE (orig. 1942). • COLLINS, L. y LAPIERRE, D. (2010). Esta noche la libertad, Barcelona: Planeta. Webgrafía • http://www.un.org/es/decolonization • http://www.saharaindependiente.org Filmografía • “Las cuatro plumas”, de KORDA, Z., EE.UU., 1958. • “Gandhi”, de ATTENBOURGH, R., Reino Unido, 1982. ">">